Según un informe de Deloitte Center of Health Solution: “La industria de la salud está en la cúspide de la mayor transformación que afectará a todas las partes. Todos los jugadores pueden liderar esta transformación como sujetos innovadores y bien conectados, o pueden tratar de resistir este inevitable cambio”.
Hasta hace muy pocos años atrás para el colectivo imaginario era muy osado pensar en un futuro próximo en:
“Asistentes virtuales” que recuerden toma de medicación, bio-sensores monitoreados en forma remota que sean capaces de detectar cambios de indicadores y liberar medicación según sea necesario. Relojes que detecten caídas.
Heladeras conectadas a aplicaciones que puedan determinar dietas saludables y adecuadas a cada individuo.
Casas inteligentes que detecten cambios en la temperatura de una persona o distintos parámetros para saber si padece de una enfermedad.
Inteligencia artificial para mejorar la actividad social, mental y física para promover el bien y así reducir también los gastos en cuidados de salud de adultos mayores. Tratamientos consistentes en ejercicios de aritmética, escritura y lectura para disminuir o retrasar la aparición de demencia senil.
Hacer extensivo estos cambios a la comunidad entera en paradas saludables en un centro comercial o en la calle.
Así como vacunas para la diabetes, cáncer o enfermedades renales y cardíacas y que podamos verlas como ahora vemos a la poliomielitis.
La edad adulta no será definida por enfermedades y limitaciones funcionales, si no que habrá una extensión de la edad en la que la gente prospere, sea vital, trabaje y se mantenga conectada y viviendo con las comunidades en las que elija vivir.
Nuevos pilares para enfocar esfuerzos
La inteligencia artificial y la prevención de enfermedades serán dos de los grandes pilares de este gran giro en la salud mundial, sobre todo de adultos mayores. Siempre habrá enfermedades emergentes, y en este caso la salud mental y conductual, suicidios, aislamiento social serán algunos de los principales conocidos a tratar.
Las compañías deberán cumplir con pasos críticos para hacer la transición en este proceso y para mantenerse competitivas, como la adopción de tecnología emergente, preguntar lo que la gente realmente necesita (y no solo lo que ellos creen que necesita), crear sociedades estratégicas con otros empresarios como quienes almacenen y analicen datos, y otras que sean capaces de dar la respuesta al paciente en tiempo y forma según la información en los bio-sensores siempre encendidos.
Por ejemplo para detectar pacientes con enfermedades crónicas no tratadas con altas probabilidades de necesitar respuesta a urgencias. Así como también nuevos socios fuera de la infraestructura tradicional de la salud, que sean capaces de hacer extensivo el nuevo sistema en el trabajo, los hogares y la comunidad.
Se espera que en el sistema de salud del futuro haya cambiado su foco a identificar factores de riesgo y susceptibilidad genética para llegar a la prevención y ofrecer curas en vez de tratamiento y mantenimiento. Así como también, que las intervenciones y los tratamientos sean más precisos, menos complejos e invasivos, y de costos más accesibles.
En cada nuevo camino habrá nuevos desafíos
Como ya hemos mencionado, si se descubren curas para las enfermedades existentes, o tratamientos más precisos para cardiopatías, cáncer, diabetes y otras, seguramente distintas emergerán. Esto requerirá otras soluciones y servicios, y ya se prevé que este foco cambiará cabalmente a salud mental y conductual, depresión, suicidios, aislamiento social, ya que se presentarán como “las nuevas epidemias”. Y también que la posición metodológica de tratamiento sea holístico: a través de un abordaje sistémico, considerando al individuo como un “todo” integrado y global.
Esta tendencia ya presente en afecciones de la salud mental, también ha comenzado a ser contrarrestada por una naciente industria, políticas gubernamentales y regulaciones de distintos países. Por ejemplo:
Reino Unido se creó el Ministerio de la soledad
Estados Unidos un Comité Especial del Senado sobre envejecimiento y Audiencias de Salud sobre aislamiento y soledad.
Argentina: la Dirección de Personas Adultas Mayores, y la Dirección Nacional de Salud Mental.
México: Servicios de Atención Psiquiátrica dependiente de la Secretaria de Salud,
Brasil: Planes de contingencia que surgieron durante la pandemia y que sentaron precedente para un mayor desarrollo de políticas de salud y protección de personas mayores y su salud mental,
Otros: Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la situación de las personas adultas mayores, entre otros.
La nueva visión global: Dispositivos médicos, transformación y el nuevo paradigma.
Al leer esto, en algún punto pareciera como si el mercado de dispositivos médicos decayera con esta perspectiva, pero muy por el contrario este no solo irá en aumento, si no que será hacia un mercado nuevo, con más actores y más especializados, de procedimientos y elementos menos invasivos, de costos más accesibles y con tecnologías de absoluta innovación como son la inteligencia artificial, internet de las cosas, nanotecnología, manejo de datos, bio-sensores y un sinfín de posibilidades. Abriendo un mercado absolutamente nuevo y vasto.
Si este cambio logra hacerse de manera exitosa podría transformar fundamentalmente la forma en que la gente envejece.
La narrativa medular de cómo pensamos nuestra vida, escuela, trabajo, periodos de retiro se habrá ido.
Tendremos una nueva narrativa que hacer… está Usted preparado?
Recursos:
OMS Organización Mundial de la Salud. Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud
Deloitte Insights. The future of aging
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